La razón por la que al láser se le conoce como luz mágica es que tiene dos características que la luz ordinaria no tiene.
1. Direccionalidad: a diferencia de la luz normal, los láseres emiten haces muy enfocados.
2. Alta intensidad: Los láseres son increíblemente brillantes.
1. La directividad es buena. - una fuente de luz ordinaria (el sol, una lámpara incandescente o fluorescente) emite luz en todas las direcciones, pero la dirección de la luz láser puede limitarse a menos de unos pocos miliradianes de ángulo sólido, lo que hace que la iluminación en la dirección de irradiación sea de 10 millones veces.
El láser se difunde cada 200 kilómetros con un diámetro de menos de 1 metro; si se dispara a la Luna, que está a 3,8 × 105 km de la Tierra, el haz se difunde menos de 2 kilómetros, pero un reflector normal se difunde desde varios kilómetros hasta decenas de metros.
La colimación, guía y alcance del láser utilizan una buena directividad.
2. Brillo alto - Los láseres son la fuente de luz más brillante de nuestro tiempo, comparable sólo al intenso destello de la explosión de una bomba de hidrógeno. El brillo de la luz solar es de aproximadamente 1,865 × 109 cd/m2, y el brillo de salida de un láser de alta potencia puede ser de 7 a 14 órdenes de magnitud mayor que el de la luz solar.
Aunque la energía total del láser no es necesariamente grande, debido a la alta concentración de energía, es fácil producir alta presión y decenas de miles de grados Celsius o incluso millones de Celsius en un punto diminuto. Esta característica se aprovecha de aplicaciones prácticas como perforación, corte, soldadura y marcado láser.